España y Portugal, los países con menos flexibilidad horaria de la UE28

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Hablar de conciliación de la vida laboral y familiar en España es hablar, principalmente, de horarios. Este es el hilo conductual del informe «La Conciliación de la Vida Laboral y Familiar en España», realizado por elInstituto de Política Familiar (Ipf). Según este estudio -elaborado a partir de datos procedentes de organismos públicos como el INE, el Ministerio de Sanidad, Eurostat o instituciones privadas como la Fundación Pfizer y Adecco-, 6 de cada 10 encuestados (58,8%) consideran que la jornada completa perjudica a su familia. 

Es más, la mayoría de españoles (8 de cada 10) estiman que los horarios de salida de trabajo afectan negativamente a la conciliación, y piensan que los horarios son «muy estrictos» y «deberían ser más flexibles». De hecho,España es, junto con Portugal, el país de la UNE con menor flexibilidad laboral. Del estudio se traduce que tan solo 1 de cada 9 españoles (el 11,9%) tiene horario flexible, y tan solo el 2,6% de los trabajadores pueden fijarse un horario sin limitaciones, porque en 9 de cada 10 veces (88%) es el empresario el que fija en su totalidad cuando debe entrar y salir el trabajador.

Entre las soluciones propuestas por el estudio del Instituto de Política Familiar está la flexibilización y racionalización de los horarios laborales (con horas de entrada y salida flexibles y posibilidad de acumular o recuperar horas o días), un número fijo de horas diarias pero con entrada y salidas flexibles, un horario determinado por el interesado sin limitaciones, la posibilidad de realizar la jornada continua o a tiempo parcial, la reducción de la jornada o el teletrabajo.

En concreto la modalidad de trabajar desde casa es casi inexistente en Españadonde el 92% de los encuestados no la usan nunca, frente al 13,5% que sí lo hacen en la Unión Europea. «No hay cultura empresarial, ya que pocas compañías ofrecen esta posibilidad (solo el 27% lo han implementado y únicamente 7 de cada 100 trabajadores lo practican). Existe, por tanto, un claro déficit de cultura del teletrabajo en España, que nos sitúa en el furgón de cola de Europa, muy por debajo de países como Suecia, Luxemburgo, Reino Unido, Austria, Francia o Portugal, a pesar de los beneficios que otorga tanto a los trabajadores como a las empresas el permitir que sus empleados hagan su labor desde su domicilio particular», indica Eduardo Hertfelder, presidente de Ipf.

«La sociedad debe promover activamente medidas de flexibilidad en el espacio y en el tiempo y servicios para los padres trabajadores pero, sobre todo, culturas empresariales de signo humano», añade José Luis Casero, presidente de la Asociación Española para la racionalización de Horarios (Arhoe). En este aspecto «cualquier solución es válida -puntualiza- siempre y cuando se base en la libertad de elección de las fórmulas más adecuadas para la familia, no de la imposición de la medida que más conveniente parezca al Estado o a la empresa. No necesitamos una ley que nos diga a qué hora se tienen que ir los trabajadores a su casa». 

Por estos motivos, añade el presidente de Ipf«urge adoptar un marco legal, social, laboral y fiscal que facilite dicha conciliación». «En efecto, sería bueno que las empresas que concilien tuvieran algún tipo de incentivo laboral o fiscal», corrobora el de Arhoe. «Una mejora de la sociedad en ese sentido permitiría tener hijos sin tener que renunciar a su vida laboral y al ascenso profesional o al cuidado de los hijos a edades tempranas. Este debe ser un punto central de las agendas políticas de las administraciones», advierte Hertfelder. «Es un buen momento para hablar de esto. Queremos hechos, no palabras», insiste Casero.

El estudio señala también que la falta de conciliación de la vida laboral y familiar afecta, además, al número de hijos. Se basa para ello en el análisis de los datos recogidos, que indican que la practica totalidad de los españoles (89%) quisieran tener entre dos (58%) y 3 o más hijos (13%) lo que, además, recuerda Hertfelder, «aseguraría el nivel de reemplazo generacional de 2,1 hijos por mujer, ya que se necesitan, al menos, 260.000 nacimientos más de los que se producen anualmente». «La realidad -continua- es que en España cada vez se tienen menos niños, en parte, por la falta de conciliación». En concreto, y según datos del INEnacen 144.700 niños menos que en 1980 (reducción del 25,4%), a pesar del aumento poblacional en casi 9 millones de personas en este periodo.

Por eso, junto a la flexibilización y racionalización de los horarios laborales, el estudio del Ipf también hace hincapié en el apoyo a la maternidad de las trabajadoras. Respecto al cuidado de los hijos recién nacidos, la solución más demandada, por 2 de cada 3 personas encuestadas, es que la baja remunerada para atender al bebé tenga una duración de entre 5 y 12 meses. Y una de cada diez va más allá, al proponer que la baja remunerada sea de entre 13 y 24 meses. Después, cuando los niños son pequeños y no tienen edad de ir a la escuela, el informe apunta que 8 de cada 10 encuestados (78,7%) consideran que la mujer debe trabajar a tiempo parcial o incluso no trabajar. Aunque la evidencia es muy distinta, y 6 de cada 10 mujeres han tenido jornada completa cuando sus hijos han sido menores, mientras que solo 1 de cada 8 mujeres ha disfrutado de jornada a tiempo parcial (el 13%). 

Otro aspecto que denuncia el informe es la existencia de «mobbing maternal» o rechazo de la madre por parte de la empresa. Así, según el Barómetro Cisneros XI (Instituto de Innovación Educativa y Desarrollo Directivo) y Fundación Madrina, el 25% de las trabajadoras embarazadas de entre 18 y 25 años acaban siendo despedidas. El «mobbing maternal», tal y como indican desde estas instituciones, «es una lacra laboral que impide tener los hijos que se desean, ya que peligra el puesto de la madre. Este tipo de situaciones provoca, además, conflictos de pareja que pueden llevar a la ruptura, incremento de abortos, depresión... y debería ser considerado como un delito laboral y penal».

«Hablar de conciliación familiar y laboral en España es señalar un reto aún por conquistar -concluye Eduardo Hertfelder-, y una necesidad si queremos familias sólidas en las que la convivencia sea una realidad y en la que los hijos puedan ser atendidos debidamente por sus padres». Por contra, «un equilibrio deficitario entre vida laboral y familiar puede originar, por una parte, una incomunicación y un desencuentro en el ámbito familiar que puede desembocar en crisis, conflictividades o rupturas familiares. Y también una insatisfacción laboral y personal».

El factor más valorado

No en vano, la conciliación es, según un estudio de la Fundación MásFamilia y la Comunidad Laboral Trabajando.com (Universia), el factor más valorado a la hora de elegir trabajo. Un dato para tener en cuenta: el 39% de los encuestados cambiarían su trabajo si una empresa les ofrece mejores políticas de conciliación, mientras que, dos puntos por detrás nos encontramos un salario mejor. Es más, según Javier Caparrós, director general de Trabajando.com, «los jóvenes talentos no dudan hoy en día en buscar buenas empresas para trabajar, y eso significa que se puede por un lado, crecer profesionalmente y, por otro, tener una vida personal plena. No es incompatible».