¿Cómo pueden tener los españoles más hijos?

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(abc) La baja natalidad en España, que se ha desplomado por cuarto año consecutivo, ha vuelto a hacer saltar las alarmas sobre el invierno demográfico al que está abocado nuestro país. La esperanza que se albergaba con los nacimientos de las madres extranjeras ha desaparecido. Y son muchos los que se preguntan qué se puede hacer para invertir esta tendencia, que de seguir así condenaría a toda la sociedad española. Para los expertos está claro: «No hay que inventar nuevas políticas hay que ver las que funcionan en los países de nuestro entorno con una fecundidad de dos hijos por mujer», asegura María Teresa Castro, demógrafa e investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Una apuesta seria y decidida por la conciliación, una amplia red deescuelas infantiles públicas y privadas y una real implicación de los padres en las responsabilidades familiares es la fórmula del éxito para que nazcan más niños. O por lo menos, esas estrategias han dado muy buenos resultados a parte de nuestros vecinos europeos, que han visto cómo poco a poco ha repuntado la natalidad.

Lo primero es salvar la crisis

Pero España tiene que salvar además su principal escollo: la crisis económica. «Si no hay empleo para la madre y el padre no hay niños. Un hijo es para siempre y, por eso, lo importa para los padres españoles es la estabilidad laboral y no tanto unos ingresos elevados», dice Teresa Castro. El deseo de los españoles es tener dos hijos siempre que se den unas condiciones aceptables. Y todavía estamos a tiempo, asegura la demógrafa. «En algunos países como Austria donde llevan mucho tiempo con una tasa de fecundidad muy baja (un hijo por mujer), al final las preferencias de la familias también cambian a la baja, a pesar de que se apliquen políticas de fomento de la natalidad. Estas dejan de tener efecto. Pero España todavía no ha llegado a ese punto». Si se invierte en infancia y en familia, Castro cree que en «diez años» se podría lograr la aspiración de dos hijos por mujer «en condiciones de pleno empleo».

Francia consiguió en 2008 la natalidad más elevada de la Unión Europea. Las madres galas tuvieron 2,1 hijos de media, lo que garantiza el reemplazo generacional. Al mismo nivel están Irlanda (2,07) y Noruega (2). Y otros rozan esa meta: Reino Unido (1,96), Suecia (1,94), Finlandia (1,86) y Bélgica y Dinamarca (1,84). España se encuentra muy lejos: cada madre tiene solo 1,28 hijos.

¿Por qué los vecinos europeos están recuperando sus tasas de natalidad mientras otros sufrimos un descalabro demográfico al que no se pone remedio? La respuesta es de sentido común: se trata de aplicar políticas integrales que cuidan a la familia, que se han mantenido durante muchos años y bajo cualquier signo de gobierno. Y eso en España no existe.

Permisos de maternidad

Un dictamen del Consejo Económico y Social Europeo de 2011 hace un repaso a las estrategias seguidas por los países de la Unión Europea para recuperar su natalidad. Y valora en primer lugar las decisiones de las naciones nórdicas. Han apostado por la conciliación, por una fuerte red de escuelas infantiles y por la igualdad en el reparto de las tareas familiares. Y ahí están los resultados: nacen más niños. Para eso hay que hacer esfuerzos: una sueca disfruta de hasta 13 meses de permiso por el nacimiento de su hijo con una remuneración que equivale al 80% de su salario y tres meses más con una prestación más baja. Y las noruegas algo parecido: un año con el 80% del salario o diez meses con la totalidad del mismo. l

Estos países han inventado otras recetas que han dado sus frutos. Aparte de la baja por maternidad y paternidad, que son individuales e intransferibles, existe lo que se denominapermiso parental, que pueden disfrutar tanto el padre como la madre. Se coge a continuación de la baja por maternidad o paternidad propiamente dicha. Permite cuidar de los hijos durante un periodo de tiempo más amplio y conservar el puesto de trabajo. En muchos casos, la remuneración es menor o se puede compatibilizar con jornadas laborales reducidas. Es una forma también de implicar al padre en la crianza del hijo desde su nacimiento.

Y tiene éxito, hasta el punto de que, por ejemplo, Alemania, con una tasa de fecundidad de las más bajas (1,40 hijos por mujer), emuló a los nórdicos e implantó en 2007 un solo permiso parental remunerado de 52 a 60 semanas para el padre o la madre. La locomotora de Europa ya no cuenta con permisos de maternidad o paternidad como tal. Desde entonces, han aumentado los nacimientos. Y la sociedad alemana experimenta un cambio de mentalidad. Ahora incluso está mal visto que los padres no dejen de trabajar para criar a sus hijos. «Lo mejor para ellos es que los hijos se queden con la madre en casa», afirma María Teresa Castro, demógrafa e investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Amplia red de escuelas infantiles

En los países nórdicos, los deberes para cuidar de la familia están hechos a todos los niveles. «Desde los cero años el Estado garantiza una plaza en una escuela infantil para todos los niños y cada familia paga en función de su renta. Existe mayor corresponsabilidad de los padres en las tareas familiares. De hecho, si no se coge la baja por paternidad se pierde», afirma la investigadora.

Y las madres noruegas, suecas, finlandesas...también trabajan. «Tanto Dinamarca como Finlandia cuentan con altas tasas de actividad femenina, y también de natalidad. Eso demuestra que trabajar y tener hijos no es incompatible, sino que se necesitan apoyospara hacerlo», asegura María Dolores López, demógrafa del Instituto de Ciencias para la Familia, de la Universidad de Navarra.

Los Países Bajos han optado por reforzar la red pública de escuelas infantiles y ofrecen mayores opciones laborales. Están muy extendidos los contratos de jornada parcial, una alternativa a la que todavía se acogen más las madres, mientras los padres trabajan a tiempo completo. «Existe gran flexibilidad para elegir cómo organizar el trabajo —prosigue Castro—. Por ejemplo, hay profesoras de universidad que trabajan cuatro días a la semana. Lo pueden hacer porque tienen unos sueldos muy elevados que les permiten ganar menos», asegura la investigadora Castro.

La flexibilidad laboral también es clave en el Reino Unido, donde además las madres tienen gran facilidad de encontrar trabajo después de un año de baja maternal.

En España, aunque existe el derecho a una excedencia sin sueldo y a la reducción de jornada para cuidar de los hijos «realmente solo los trabajadores del sector público pueden disfrutarlos, porque en el sector privado hay muchas dificultades. Y la otra opción, un trabajo parcial, además de mal remunerado suelen tener los peores horarios», explica Castro.

Apuesta duradera por la familia

Francia dio la campanada demográfica en 2008 con 2,1 hijos de media por mujer. Llegó por fin tras muchos años de una política por la natalidad y la familia que estaba por encima del signo del Gobierno de turno. Para los franceses es muy importante que los padres elijan el modo en el que quieren que se cuide a sus hijos. Unos deciden llevar al niño a la guardería, otros contratar a una niñera y otros prefieren hacerlo ellos mismos reduciendo o cesando en su actividad laboral. Para todos existen ayudas, de hasta 500 euros. Para eso también se reforzó la red de guarderías públicas o subvencionadas. Son gratis o muy baratas. Y además desgravan.

Hay países europeos que han encontrado un camino para la recuperación demográfica. Unos deberes aún pendientes en España.