A la espera de un pacto de Estado para la Familia

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(ABC). Los indicadores relacionados con el fomento de la familia en nuestro país no son nada alentadores. Es más, se ha producido un agravamiento de la situación. En la actualidad nacen menos niños, los hogares son más solitarios, cada vez hay menos matrimonios y los existentes se rompen en mayor número, las ayudas a la maternidad existentes están congeladas desde hace años, las medidas de conciliación satisfacen a muy pocos trabajadores... Al menos así lo demuestran las cifras que se desprenden del informe «Evolución de la Familia en España 2016», presentado esta semana y realizado por el Instituto de Política Familiar (IPF).
 
Estos datos cobran especial relevancia hoy, con motivo de la celebración del XXII aniversario del Día Internacional de la Familia, y de cara a las próximas elecciones generales del 26 de junio. El presidente del IPF, Eduardo Hertfelder, se muestra muy crítico y defraudado «porque los políticos no hacen de la familia su prioridad» ni ofrecen medidas ajustadas a sus necesidades. «Se llenan la boca de promesas mientras están en campaña electoral –asegura–, pero todo queda en papel mojado. No se materializa en medidas reales y efectivas. Esta situación provoca que España sea el país de la UE que menos ayudas y protección ofrece a la familia, lo que fomenta que nuestra sociedad esté abocada a un suicidio demográfico», advierte.
 
 
Desatención política
Al no existir voluntad política de ayudar, las familias no cuentan con el apoyo de organismos de primer orden encargados de velar por la institución; es decir, un Ministerio o, en su defecto, una Secretaría de Estado. «Solo disponemos de instituciones de cuarto nivel, como es la Subdirección General de Familia», concreta. Tampoco gozamos, apunta María José Olesti, directora general de The Family Watch, «de un contexto de continuidad y estabilidad, ajeno al color del Gobierno del momento». La desantención prolongada por parte de las distintas Administraciones hace que España se encuentre, desde hace la friolera de 35 años, en situación «de suicidio demográfico», advierte Alejandro Macarrón, director general de la Fundación Renacimiento Demográfico.
 
En la misma línea se manifiesta María Teresa López López, directora de la Cátedra Extraordinaria de Políticas de Familia de la Universidad Complutense de Madrid-Acción Familiar, quien asegura que daría más de mil argumentos –económicos, sociales y políticos- para convencer a los políticos «que una sociedad que quiere crecer de manera sostenida, que desea aumentar el consumo y la inversión en capital humano, que quiere mejorar su educación y reducir el fracaso escolar, que desea sea solidaria, que quiere ser justa, que piensa en los más débiles, que desea ayudar a los más desfavorecidos, que lucha contra la pobreza….. no podrá lograrlo si no cuenta con la familia como principal institución social y económica».
 
Natalidad, bajo mínimos
Las cifras del informe presentado por IPF, no dejan lugar a dudas. En concreto, el estudio señala que la natalidad está bajo mínimos, ya que nacen 143.423 niños menos que en 1980, a pesar del aumento de la población en más de 9 millones de personas desde ese año y de la inyección de la natalidad motivado por las mujeres extranjeras (uno de cada cinco nacimientos es de estas madres). Es más, en España faltan, al menos, 260.000 nacimientos más anuales, es decir, 719 nacimientos más al día para asegurar el nivel de reemplazo generacional.
 
El aborto, añaden desde el IPF, contribuye al bajo índice de natalidad, al haberse perdido más de dos millones de niños desde su legalización en 1985. «Resulta paradójico –explica Amaya Azcona, directora de Fundación RedMadre, que en un país donde no hay reposición generacional se aborten 100.000 niños al año. El Día Internacional de la Familia debe servir para recordar que los hijos son un derecho internacional reconocido y que es necesario que se apoye a las familias para que puedan tener los hijos que desean, cosa que no ocurre en nuestro país»
 
El problema añadido es que las españolas son las mujeres de la UE que tienen su primer hijo más tarde, a los 31,78 años de media. Las madres del País Vasco, Galicia y Castilla y León son las que tienen hijos más tarde, a los 32,4 años. También resulta llamativo que en nuestro país nazcan anualmente 181.691 niños fuera del matrimonio; es decir, cuatro de cada diez. «Si no se revierte la tendencia en todos estos datos de natalidad nuestra sociedad llegará al año 2025 con tan solo dos miembros por hogar», explica Mariano Martínez-Aedo, vicepresidente del IPF.
 
Descenso de la nupcialidad
El estudio destaca, además, que en los últimos diez años se ha producido un desplome en el número de matrimonios. En 2014 se produjeron 58.000 menos que en 1990, lo que representa una pérdida de uno de cada cuatro matrimonios que se realizaban en 1990. «El descenso hubiera sido mucho mayor si no fuera por la inyección de matrimonios internacionales en los últimos 14 años –apunta Martínez-Aedo– ya que actualmente uno de cada seis matrimonios tiene un cónyuge extranjero».
 
A ello hay que añadir que las parejas de hecho se han triplicado: uno de cada siete hogares de parejas está compuesto por parejas de hecho, de manera que de los 11,4 millones de hogares formados por parejas (con o sin hijos), más de 1,6 millones lo componen parejas de hecho. «Lo significativo –apunta Eduardo Hertfelder– es que tienen menos hijos que los matrimonios».
 
Las rupturas en nuestro país también resultan alarmantes. Cada cinco minutos se rompe un matrimonio en España y se han alcanzado casi tres millones de rupturas acumuladas desde 1981, donde la mayoría son divorcios (1,8 millones), lo que ha afectado a más de dos millones de hijos. España es el segundo país de la UE con mayor tasa de rupturas matrimoniales.
 
Ayuda económica insuficiente
En materia de ayudas económicas nos situamos asimismo en el furgón de cola de Europa. Desde el punto de vista de las dotaciones presupuestarias, el estudio recalca que mientras en Europa se destina de media a la familia el 2,2% del PIB, en España solo se dedica el 1,3%. «La familia española cuenta con unas ayudas insuficientes –asegura Hertfelder–, la prestación por hijo a cargo es de 24,25 euros al mes, que además están limitadas por los niveles de ingresos (11.577 euros brutos anuales), puesto que 9 de cada 10 (el 89%) no tienen derecho a recibirla. Lo peor –señala– es que España es el país de la UE que concede prestaciones a menos familias. A ello hay que añadir que las prestaciones familiares por hijo a cargo y la paga de 100 euros llevan congeladas desde los años 2000 y 2003 respectivamente».
 
Pacto de Estado
Con el objetivo de cambiar el panorama actual y dotar de mayores apoyos a la familia, los expertos en la materia solicitan que la institución familiar sea considerada una prioridad y que las políticas públicas se desarrollen con una perspectiva de familia con el fin de implantar una política integral de la familia. «Hace un falta un pacto estatal por la demografía y por la educación. La clase política debe comprometerse ha hacerlo. Considero que, sean del partido que sean, son conscientes de su importancia, pero el problema es que no saben qué hacer. La solución –concluye Mariano Calabuig, presidente del Foro Español de la Familia– está en fomentar que nazcan más niños»