(Te Interesa). Cortar los alimentos en trozos muy pequeños es una medida básica para evitar que los más pequeños se atraganten, algo que ocurre en mayor medida cuando consumen caramelos, perritos calientes y frutos secos.

Según un estudio realizado por investigadores estadounidenses, en el que estudiaron, durante la última década, a 12.435 menores de 14 años que tuvieron que asistir a Urgencias tras atragantarse con la comida, los niños que comen perritos calientes, semillas o frutos secos son dos o tres veces más propensos a ser hospitalizados por atragantamiento que aquellos que han consumido otro tipo de comida. El 38 por ciento de los menores de un año de edad que tuvieron un atragantamiento fue por la leche materna y, a nivel general, el 40 por ciento sufrió este episodio tras ingerir caramelos, carne, huesos, frutas y verduras, tal y como revela la investigación publicada en Pediatrics. 

En el caso de los perritos calientes los atragantamientos se deben a que tienen prácticamente la misma forma y tamaño que las vías respiratorias de los niños, por lo que pueden bloquerlas. Las semillas y los frutos secos son también alimentos muy difíciles de tragar, especialmente si los niños se colocan muchos en la boca según Gary Smith, investigador del Hospital Nacional de Niños en Ohio (Estados Unidos), Gary Smith, que ha asegurado que los incidentes por asfixia podrían prevenirse con un mejor diseño y correcto etiquetado de los alimentos y, principalmente, con una mayor supervisión de los padres en el momento en el que el niño está comiendo.