China podría modificar su política de hijo único para paliar su vertiginoso envejecimiento

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(ABC). Tras mas de tres décadas en vigor, incontables abusos y violaciones de derechos fundamentales y un desequilibrio brutal en el porcentaje de hombres y mujeres, la controvertida política china de permitir tan solo un hijo por familia y evitar así un crecimiento incontrolable de la población parece estar cerca de finalizar.

El cambio de tendencia en los datos demográficos ha despertado el temor en las autoridades chinas, que ven como la población se envejece a pasos agigantados, mientra que el número de habitantes en edad de trabajar ha descendido este año en casi cuatro millones de personas y acumula tres años consecutivos de regresión. Si no se invierte la tendencia, se calcula que para el año 2050 China tendría mas de 400 millones de personas mayores de sesenta años.

Pequeñas modificaciones

Ya en 2013 el Gobierno realizó pequeñas modificaciones, permitiendo tener mas de un hijo a determinadas minorías étnicas, familias de zonas rurales cuyo primer hijo fuese una niña y a a padres que fuesen hijos únicos. Sin embargo, el aumento de la natalidad no fue el esperado, y solo un millón de las parejas elegibles para solicitar el permiso para su segundo hijo lo hicieron. No es solo la política, afirmaba hace unas semanas Lu Jiehua, profesor de sociología de la Universidad de Pekín en una entrevista concedida al Beijing Morning Post. Muchas de las familias que están en disposición de tener un segundo hijo no quieren, debido a preocupaciones como la economía, la educación o el espacio.

A pesar de que las críticas por la política del hijo único crecen año a año, especialmente en internet, y de que una fuente anónima del gobierno deslizase la posibilidad de que la ley se pudiera modificar antes de finales de año, Pekín se ha apresurado a enfriar los ánimos diciendo que no hay plazos marcados para la implantación en todo el territorio de la política del segundo hijo.

Yang Wenzhuang, miembro de la Comisión Nacional de Salud y Planificación Familiar afirmaba la pasada semana al China Dialy, periódico oficial del Régimen, que los cambios implantados en 2013 habían surtido efecto, con más de 16 millones de nacimientos en el último año. «Estos datos nos marcan la línea a seguir. Sin embargo, son necesarias mayores medidas para hacer frente al gran reto demográfico que tiene la nación. El rápido envejecimiento de la población afecta al crecimiento económico y es algo que debemos atajar», afirmó Yang.

Cambios en 2016

El profesor Lu considera que el cambio en la ley se producirá en 2016. «Una fecha probable para la implantación de la política del segundo hijo sería el año que viene, coincidiendo con el inicio del décimo tercer plan quinquenal del Partido Comunista. No sólo es tomar una decisión, hay que cambiar políticas y regulaciones, y todo eso lleva su tiempo», aseguró.

Más tarde o más temprano, parece que los límites impuestos en la natalidad del gigante asiático están llegando a su fin. Sin embargo, puede no ser suficiente para un país que ha empezado a coquetear con el vicioso círculo de la baja fertilidad, del que no es fácil salir. Tras años de abruptas restricciones, son muchas las parejas que no quieren tener más de un hijo aunque les esté permitido. Educación, estilo de vida y problemas económicos son algunos de los factores que el Gobierno debe superar si quiere invertir la peligrosa tendencia en la que está inmerso el país