Dormir bien y comer en familia, la mejor dieta infantil

Matrimonio y Familia |

(CanalSolidario.org). Según los datos recopilados en junio de 2012, en nuestro país, un 30% de los niños y niñas tienen exceso de peso, de los cuales el 21,7% sufren sobrepeso y un 8,3% obesidad. Son datos de un informe elaborado por la Fundación THAO, una organización no lucrativa que se dedica a promover estilos de vida saludables entre los ciudadanos y que desde 2007 desarrolla un programa de intervención municipal para prevenir la obesidad infantil entre los niños, niñas y sus familias, el Programa Thao-Salud Infantil. Dicho informe se realizó a lo largo del curso académico 2010-2011 y contó con la participación de 38.008 niños y niñas de 3 a 12 años de 25 municipios de 8 Comunidades Autónomas.

Además de las consecuencias psicológicas y sociales, la pérdida de productividad laboral y, sobre todo, la pérdida de calidad de vida y bienestar de quienes sufren sobrepeso y obesidad, la AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición) del Ministerio de Sanidad ha valorado los costes directos de la obesidad en general sobre el sistema sanitario público en unos 5.000 millones de euros al año, aproximadamente un 7% del coste médico total.

Las evidencias científicas señalan, además, que a menor nivel socioeconómico de las familias existe una mayor probabilidad de padecer sobrepeso u obesidad infantil. “Este dato no se puede interpretar de manera parcial y hay que tener en cuenta que las estrategias de prevención de la obesidad infantil a través de la promoción de hábitos saludables deben ir dirigidas a toda la población bajo un modelo comunitario, tal y como propone el Programa Thao-Salud Infantil”, nos explica el Dr. Santiago Gómez, responsable del Área de Evaluación de la Fundación THAO, con quien nos hemos puesto en contacto.

A día de hoy, y tal y como señala el estudio 'Prevalencia de obesidad infantil y juvenil en España en 2012', publicado en la Revista Española de Cardiología, entre los 8 y los 17 años el 26% de los niños y niñas sufre sobrepeso, mientras que el 12,6% es obeso. En el grupo comprendido entre los 8 y los 13 años, el exceso de peso supera el 45%, mientras que para el grupo de 14 a 17 años, el exceso de peso es del 25,5%. La conclusión es que la prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil y juvenil en España sigue siendo muy alta (cercana al 40%), pero no ha crecido en los últimos 12 años.

Comidad familiares, descanso y obesidad

Las conclusiones del estudio 'House Routines and Obesity in US Preschool-Aged Children' (Hábitos en el hogar y obesidad en los preescolares estadounidenses) realizado en una muestra de niños y niñas en edad preescolar son claras: la prevalencia de obesidad disminuía hasta un 40% entre los pequeños que cenaban regularmente con su familia, tenían una rutina de sueño adecuada y limitaban el tiempo dedicado a la televisión, ordenadores o videojuegos (entretenimiento por pantalla), respecto a aquellos que no tenían ninguno de estos hábitos.

Estos datos han sido confirmados por otros estudios, como el estudio publicado en abril de 2013 de la Perelman School of Medicine de la University of Pennsylvania que relaciona el incremento de las horas de sueño con una disminución de la prevalencia de obesidad entre los adolescentes. Asimismo, un estudio publicado en diciembre de 2012 en la revista Economics & Human Biology que apunta a que pasar más tiempo cenando en familia podría proteger a los niños y niñas de sufrir obesidad. De hecho, la diferencia se aprecia en incrementos de tiempo de 4 minutos entre familias de bajos ingresos económicos.

En ese sentido, la dietista y nutricionista Nuria Llata, nos explica que “es importante que el niño sea consciente desde edades muy tempranas sobre la manera de relacionarse con la comida”. Por eso, “hay que trabajar los hábitos alimentarios y de estilo de vida de toda la familia, no solo del niño”.

El Dr. Gómez también nos explicaba en junio de 2012 que la Fundacion THAO plantea propuestas de prevención que abordan la problemática desde los diferentes puntos de vista que, de forma probada científicamente, influyen en el desarrollo de la enfermedad, promoviendo no sólo una alimentación variada y equilibrada, sino también, una actividad física lúdica y regular y hábitos de descanso adecuados, sin olvidar otros aspectos psicológicos y emocionales.

Todo el entorno influye

La obesidad infantil es, por tanto, un problema multifactorial y multinivel cuyas consecuencias afectan a gran parte de la población infantil, especialmente la más desfavorecida, e inciden muy significativamente en el conjunto de la salud pública. Por tanto, se debe abordar la prevención también de forma global. Por eso, la Fundación THAO propone un programa municipal de base comunitaria que se implementa en los municipios y a través de la figura técnica del “coordinador local”, quien forma un equipo local de trabajo multidisciplinar integrado por todos los actores que intervienen en la vida comunitaria, con objeto de conseguir la implicación de toda la comunidad en la promoción de hábitos saludables.

También Llata apuesta por una serie de recomendaciones que inciden en aspectos sociales y de relaciones familiares de los niños y niñas. Por ejemplo, nos explica que es importante que puedan hablar de sus sentimientos y compartirlos con sus padres o madres, o la actividad física entendida también como un aspecto social que ayuda a los pequeños a aumentar su autoestima, mejorar su imagen personal o compartir tiempo con otros niños y niñas.

Y lo esencial, una dieta sana

El lugar que esta sección ocupa en este reportaje se debe únicamente a que hemos abordado las cuestiones que nos han parecido más especiales o novedosos respecto a la prevención de la obesidad, aunque, obviamente, una dieta sana es esencial. La nutricionista Nuria Llata, quién también ha diseñado los menús de las Colonias Airea de la Fundació Roger Torné, ha resumido en estos pocos puntos las claves de una buena alimentación infantil, incidiendo en el papel clave de las familias a la hora de proporcionar una buena educación alimentaria a sus hijos e hijas:

1- Hacer unas 5 comidas al día: desayuno (en casa), media mañana (colegio), comida, merienda y cena. Para poder cubrir las necesidades tanto energéticas como nutritivas del niño y además ayudarle a evitar la ansiedad.

2- No olvidar que todas las comidas son igual de importantes.

3- Siempre que sea posible, preparar la merienda en casa (bocadillo).

4- Tomar leche o derivados lácteos en el desayuno y en la merienda para fortalecer los huesos durante el crecimiento.

5- Comer de forma variada y equilibrada: ningún alimento contiene por sí solo lo que el niño necesita.

6- Tomar cada día fruta y verdura. La fruta no debería faltar en el desayuno y como postre en la comida y en la cena. La verdura puede estar presente en cualquier plato de la comida y de la cena.

7- Comer despacio, la digestión empieza en la boca.

8- Probar alimentos nuevos. Enseñar a los niños y niñas a ser valientes y volver a probar alimentos que en un principio no les gustaron.