El ‘mobbing’ maternal sigue siendo un tema pendiente

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El ‘mobbing maternal’- la violencia laboral que sufre la mujer por ser madre– sigue siendo una importante causa de despido de la mujer. Y es que el 80% de las reclamaciones judiciales por problemas de conciliación las presentan las mujeres. 

Así lo recoge el documento sobre Valoración de las medidas de conciliación de la vida familiar y personal y la vida laboral, según la regulación de la Ley Orgánica 3/2007 para la igualdad efectiva de mujeres y hombresAdemás, destaca, que las peticiones de excedencias por cuidados familiares en las mujeres, son mucho más elevadas que en hombres.

Sin embargo, este estudio no recoge datos sobre los juicios por mobbing maternal. Sobre este tema solo podemos contar con los datos recogidos por el Barómetro Cisneros y el informe llevado a cabo por la Fundación Madrina entre 2008 y 2009 –año que coincide con el inicio de la crisis de España.  En dichos informes, se recoge que el 18% de las trabajadoras embarazadas sufre presiones por su empresa debido a su maternidad. Y cerca del 25% de las trabajadoras embarazadas de entre 18 y 25 años acaban siendo despedidas.

Según ha confirmado a bez.es, Alberto Benítez Sanabria, director del bufete Juristas Laboristas, y según las cifras extraídas de la práctica diaria de su bufete, más de la mitad de las trabajadoras que comunican su estado de gestación son despedidas, alegando una causa diferente. Además, añade, que esta situación se da con más frecuencia en pymes que en grandes empresas.

'Modus Operandi' de los despidos

Normalmente este tipo de despidos siguen un mismo modus operandi. Primero, la empleada informa de su estado de gestación y segundo, recibe una carta de despido de la empresa, alegando como motivo un descenso de rendimiento, faltas injustificadas...

Sanabria explica que en pocas ocasiones, ante una demanda por parte de la trabajadora, se llega a un acuerdo de reincorporación. “Este posible acuerdo, al que se puede llegar en vía administrativa (Conciliación administrativa previa a la vía judicial), o en la misma Sede Judicial, posibilitaría la reincorporación de la trabajadora en la empresa sin pasar por juicio”, afirma.

Así mismo, destaca que no todas las empresas llevan a cabo este tipo de actuaciones, “dado que existen muchos convenios colectivos que establecen planes de conciliación de la vida laboral y familiar”.

Conflicto con el Derecho Constitucional de la mujer

El despido bajo estas circunstancias entra en conflicto con el Derecho Constitucional de la mujer a la no discriminación por razón de sexo, que está amparado por el Estatuto de los Trabajadores.  

La consecuencia de efectuar un despido cuando la causa es el estado de gestación de la mujer, es la calificación de despido nulo, y por ello, se obliga a la empresa a reincorporar a la trabajadora en su puesto de trabajo

De manera que la consecuencia de efectuar un despido cuando la causa es el estado de gestación de la mujer, es la calificación de despido nulo, y por ello, se obliga a la empresa a reincorporar a la trabajadora en su puesto de trabajo, en condiciones idénticas a las que se encontraba antes de ser despedida.

Sanabria, explica también, que el principal problema ante el despido,  es la necesidad de demandar y acudir a juicio, ya que “los Juzgados de lo Social se encuentran ciertamente atascados y la espera puede ser más o menos larga”.

Si bien es cierto, que estos casos no se dan en todas las empresas, porque algunas cuentan con convenios colectivos que establecen planes de conciliación de la vida laboral y familiar.

Lejos de Europa

En España sigue sin aplicarse una verdadera y eficaz conciliación de la vida laboral y familiar. Según el estudio del Instituto de Política Familiar de 2016, España está muy alejada de Europa en ese aspecto. Cuenta únicamente con un organismo encargado de familia; la Subdirección General de Familia  (organismo de cuarto nivel) dependiendo de una Dirección General “compartida” (D.G. de Servicios para la Familia y la Infancia). Mientras que en Europa se apuesta por organismos de familia de primer nivel, tales como secretarías de Estado o Ministerio de Familia.

Por ello, si bien  queda un largo recorrido para conseguir conciliar la maternidad y la vida laboral en España, es necesario implementar medidas para cumplir con la Ley Orgánica de Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres, así,  como hacer visible los casos de mobbing y otras lacras que impiden la igualdad laboral.