El invierno demográfico avanza en EEUU: la natalidad alcanza mínimos históricos

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(Actuall.com). El Instituto de Estudios Familiares (IEF) de Estados Unidos ha elaborado un informe en el que detallan la caída en picado en que está sufriendo la natalidad en el país, conocido como ‘invierno demográfico’. El año pasado hubo 3,85 millones de nacimientos lo que supone 1,76 hijos por mujer. Hace apenas diez años, los nacimientos fueron 4,31 millones con una media de 2,08 hijos por mujer.

Los que más sufren este invierno demográfico son las minorías. Por ejemplo, los indios americanos y nativos de Alaska han perdido un total de 83.000 nacimientos entre 2008 y 2016, lo que supone un descenso del 15 por ciento con 1,23 hijos por mujer. Los afroamericanos han sufrido una reducción en la natalidad del 9,6 por ciento (700.000 personas menos según las previsiones). La reducción más notable es en la población blanca por ser la mayoritaria: los nacimientos se han reducido un 9,3 por ciento lo que supone 3,2 millones de niños menos.

Estas estadísticas tan solo reflejan el descenso en natalidad de manera natural, si se tuviesen en cuenta los millones de bebés abortados anualmente estaríamos hablando de cifras escandalosas de las cuales la multinacional abortista Planned Parenthood tiene gran parte de responsabilidad –conocido es su racismo eugenésico institucional-.

 

 

Y esos son solo números que faltan en términos de disminución de nacimientos. Las estadísticas son aún más horribles si se tienen en cuenta los millones de bebés por nacer asesinados en los últimos diez años. Eran bebés que podrían haber nacido y se les impidió hacerlo.

 

 

“Algunos estados han perdido muchos más nacimientos que otros, mientras que la afortunada”, señala el informe. “Las disminuciones más pronunciadas han sido en Arizona, donde la fertilidad ha disminuido de 2,47 nacimientos por mujer en 2007 a un estimado de 1,81 en 2017. Los datos provisionales de principios de 2018 sugieren que estas disminuciones probablemente continuarán”.

Todo apunta a que la civilización occidental, que desarrolló más el planeta en los últimos 200 años que en toda su historia, está camino de desaparecer lenta e inexorablemente.