España suspende en ayudas a la Familia

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(Madrid, 13 de mayo de 2013). Suspenso. Esta es la nota que obtiene España en apoyo a la familia, ha señalado Eduardo Hertfelder -presidente del Instituto de Política Familiar (IPF)-. A pesar de que la Unión Europea ha instado a los distintos Estados miembros a que desarrollen políticas de cara a lograr un apoyo a la maternidad, la demografía, la perspectiva de familia, etc., las distintas administraciones españolas han ignorado estas directrices provocando que España no solo suspenda estrepitosamente sino que, además, sea el país que menos ayuda. El interés creciente de la UE por la familia como pilar fundamental para salir de la actual crisis económica y superar muchos otros problemas sociales no se ha visto correspondido por España. Europa se ha dado cuenta del valor de la familia y ha elaborado una serie de recomendaciones que nuestro país ningunea sistemáticamente. La política familiar debe crear las condiciones para que los padres y las madres puedan pasar más tiempo con sus hijos, pero en España se hace caso omiso y no se desarrolla ni una política integral de familia ni se aplica la perspectiva de familia. España es de los países que menos ayuda económicamente a la familia, ni siquiera el 0,1% del PIB en prestaciones directas. Además, las prestaciones por nacimiento no son de carácter universal, al contrario que ocurre en la mayoría de los países de la UE, y están limitadas a una renta tan baja que nueve de cada diez familias no pueden beneficiarse de ellas. Por su parte, las ayudas a las familias con necesidades especiales son tan bajas que apenas se las puede considerar una verdadera ayuda. Otra problemática en la que incide especialmente la UE y en la que España suspende estrepitosamente es en la demografía. La población española envejece a pasos agigantados, la pirámide poblacional está invertida y, sin embargo, nuestro país no invierte decididamente en ayudas a la natalidad, lo que supone que cada año nazcan menos niños. La conciliación de la vida laboral y familiar es otro punto en el que la UE deja claro que se debe apostar para revertir la problemática de la baja natalidad. Las encuestan demuestran que las parejas querrían tener más niños, pero sin verdaderas ayudas a la maternidad y sin políticas de conciliación que permitan a los padres estar más tiempo con sus hijos y a las madres no ser discriminadas en el trabajo, será difícil avanzar. Y aquí España suspende de nuevo, la baja por maternidad (16 semanas) está por debajo de las 18 recomendadas por la OIT mientras que la de paternidad es de tan solo dos semanas, al tiempo que muchas mujeres siguen siendo discriminadas en sus empresas por el mero hecho de ejercer su derecho a ser madres. I. Mientras Europa ha redescubierto a la familia… “Europa ha redescubierto a la familia”. Las crisis y dificultades sociales, económicas y demográficas de las últimas décadas han hecho redescubrir a la Unión Europea que la familia representa un valiosísimo potencial para el amortiguamiento de los efectos dramáticos de problemas como el paro, las enfermedades, la vivienda, las drogodependencias o la marginalidad. Se corresponde esta preocupación con la creciente sensibilidad social ante la necesidad de proteger a la familia y los entornos de la vida familiar, de modo que la política familiar ha pasado a ser entendida como una prioridad social y pública. En este contexto, las distintas instancias europeas (Parlamento Europeo, Consejo de Europa, etc.) han ido publicando diversos informes con recomendaciones a los Estados miembros para apoyar la institución familiar en la Unión Europea sobre temas tan importantes como “las políticas familiares y la perspectiva de familia”, “la conciliación de la vida laboral y familiar”, “la maternidad”, “la demografía”, “los derechos de los padres a la educación de sus hijos”, etc. La selección de textos -que hemos elaborado en el IPF y que se adjunta como documento- de diferentes recomendaciones a los Estados miembros para apoyar la institución familiar en la Unión Europea, constata esta preocupación. Estas directrices abarcan los siguientes campos: - Políticas familiares y perspectiva de familia - Conciliación de la vida laboral y familiar y derecho a la maternidad - Demografía - Derechos de los padres y libertad de educación - Derechos de la infancia. En dichos documentos y recomendaciones se insta a los distintos Estados miembros de la Unión Europea a que se ayude a la familia y a cada uno de sus miembros con medidas de carácter político, económico, laboral, social y fiscal, promoviendo y protegiendo sus derechos para que puedan consolidar su unidad y estabilidad y su insustituible función social, esencial para el desarrollo equilibrado del ser humano y para la transmisión de los valores éticos, culturales y sociales. El primer paso para cambiar una situación, prosigue Hertfelder, es darse cuenta de la situación de su problemática. Y en la UE se han dado cuenta de la importancia de la familia y de la necesidad de apoyarla y promocionarla para que pueda cumplir sus funciones. … en España se incumple reiteradamente estas recomendaciones Pero si este esfuerzo, prosigue el presidente del IPF, es evidente a nivel comunitario, en cambio, en España está ocurriendo lo contrario. España no está teniendo en cuenta las distintas recomendaciones de la Unión Europea sobre la familia. España sigue abandonando a la familia y su política familiar es casi inexistente. Los principales incumplimientos de las recomendaciones comunitarias se pueden resumir a continuación: 1- No se desarrolla una política integral de familia ni se aplica la perspectiva de familia. No se dispone ni de un plan integral de apoyo de familia ni de ley de familia. 2- España está en el furgón de cola con respecto a las ayudas a la familia. Las ayudas económicas a las familias son insignificantes, no representan ni siquiera el 0,1% del PIB. Además, las prestaciones por nacimiento no son de carácter universal, están limitadas a una renta familiar muy baja y nueve de cada diez familias no pueden beneficiarse de ellas 3- Las ayudas a las familias con necesidades especiales son tan exiguas que apenas las ayuda. 4- España está envejecida y la pirámide poblacional está invertida. España no apuesta decididamente por invertir en políticas de ayuda a la natalidad, lo que supone que cada año nazcan menos niños y que la población española envejezca a pasos agigantados. 5- España no está preservando ni garantizando el derecho de los padres a la estabilidad conyugal y el de los hijos a vivir en un hogar estable. La Ley de divorcio exprés ha incentivado la “cultura de la ruptura” en lugar de la reconciliación, disparando las rupturas definitivas y la conflictividad y convirtiéndola en el principal problema de las familias españolas. 6- La conciliación de la vida familiar y laboral no es una prioridad política real, problema que compromete el índice de natalidad a pesar de que las parejas querrían tener más hijos. La baja por maternidad es de 16 semanas, por debajo de las 18 recomendadas por la OIT y muy lejos de los países punteros de la UE. La baja por paternidad es de sólo dos semanas. Las mujeres que deciden hacer uso de su derecho a la maternidad siguen siendo discriminadas en muchas empresas, lo cual repercute negativamente en la natalidad. 7- No se están respetando los derechos de los padres y la libertad de educación. España sigue imponiendo asignaturas adoctrinadoras en los colegios tales como Educación para la Ciudadanía.