Los hogares españoles, en desigualdad

Condiciones de Vida | Matrimonio y Familia |

La brecha existente entre hombres y mujeres en el cuidado del hogar y la familia no es insalvable, pero continúa siendo notable. Así se desprende del Boletín Estadístico del Instituto de la Mujer, recientemente publicado, y en el que se asegura que, si bien «la corresponsabilidad familiar avanza, sigue siendo una asignatura pendiente». Y es que el peso de las cifras deja lugar a pocas dudas. Según indican las Encuestas del Empleo del Tiempo, las mujeres dedican menos tiempo que los hombres a todas las categorías de actividades , salvo las relativas al cuidado del hogar y la familia. De esta forma, el 91,9% emplea tiempo en estas labores, con un total de 4 horas y 29 minutos diarios; en el caso de los hombres, el porcentaje se reduce al 74,7% y el tiempo dedicado desciende casi a la mitad, con 2 horas y 32 minutos. Según el Instituto de la Mujer, «a pesar de que los patrones en el empleo del tiempo parecen estar acercándose, existen todavía diferencias significativas». En cuanto al trabajo remunerado, el 28,2% de las mujeres dedica una media diaria de 6 horas y 43 minutos, mientras que en el caso de los varones es de 7 horas y 55 minutos. Niños y discapacitados Otro ejemplo viene dado por la Encuesta Nacional de Salud 2011-2012. Un 44,5% de mujeres señalaba que realizaba sola los trabajos del hogar, frente a un 9,66% de los hombres. Y casi la mitad de los varones reconocía que otra persona de la casa se ocupaba de las labores domésticas, frente al 12,3% de las mujeres. Los trabajos apuntan a la existencia de un «perfil» en la corresponsabilidad: se da entre aquellas personas que han cursado enseñanzas profesionales de grado superior o equivalente –más de un 42% de hombres y mujeres cumplía esta condición– y en situación de desempleo –un 51,5% de las mujeres y un 12,1% de los varones–. ¿Quién se ocupa de los niños? La mayoría de los entrevistados que convive con menores de 15 años señala que comparte su cuidado con otra persona; sin embargo, la diferencia entre hombres y mujeres es de nuevo llamativa: el 64,5% de las mujeres comparte el cuidado de los niños, mientras que el porcentaje aumenta al 96,3% en el caso de los varones. O dicho de otra forma: mientras tres de cada diez mujeres afirman que asumen el cuidado en solitario, sólo el 2,19% de los hombres asegura realizar solos estas tareas. Las mujeres también se ocupan en mayor medida del cuidado de las personas con limitaciones o discapacidades: un 49,3% realizaba esta labor sin ayuda, mientras que en el caso de los hombres el porcentaje cae al 16,6%. Siguiendo la tónica general, siete de cada diez varones comparten los cuidados, una circunstancia que sólo constatan cuatro de cada diez mujeres. Desde el Instituto de la Mujer recuerdan que la conciliación y la corresponsabilidad son cuestiones que se recogen en el II Plan Estratégico de Infancia y Adolescencia 2013-2016. Ahora bien, a tenor de estas cifras, ¿puede decirse que a día de hoy se están dando los pasos correctos? «Las mujeres han entrado en el terreno laboral, pero el hombre no ha entrado en el terreno familiar», afirma María Sánchez-Arjona, presidenta de la Fundación Mujer Familia y Trabajo, que trabaja para promover una transformación que «permita desarrollarnos a hombres y mujeres en equilibrio dentro de las distintas esferas» de nuestra sociedad. De hecho, la fundación, que celebrará su XII Congreso los próximos 11 y 12 de junio, tratará este problema. Así, la corresponsabilidad trasciende la desigualdad entre hombres y mujeres para desembocar en otras preocupaciones. «Lograr la corresponsabilidad es fundamental. Al no obtenerse, la gran perjudicada es la familia: rupturas matrimoniales, enfermedades que desarrollan los niños desatendidos, fracaso escolar... El coste anual derivado de que los niños repitan curso asciende a 2.500 millones de euros al año. La conciliación tiene que ver: nuestros hijos pasan mucho tiempo solos. Y esta carga y estrés acaban repercutiendo en nuestro hogar», asegura Sánchez-Arjona. Y es que, al final, son ellas las que acaban acogiéndose a medidas de conciliación. «La conciliación es para todos y todas. Hay que saber reclamar ese tiempo. Y a su vez, las empresas tienen que medir nuestra productividad». Pasos positivos Sin embargo, desde la Fundación apuntan a que se están dando pasos en positivo. Primero, porque se ha pasado de centrar la conciliación «en una serie de medidas exclusivas para madres» a buscar «unos modelos de flexibilidad en los que cada persona dedique espacio a lo que considera importante». Segundo, porque las nuevas generaciones parecen tener en cuenta que la conciliación es algo a lo que deben tener acceso tanto ellas como ellos. «Los jóvenes de hoy viven en familias en las que tanto el padre como la madre trabajan. Han vivido directamente el problema de la conciliación. Y tienen claro que quieren trabajar de una forma diferente: tanto ellos como ellas quieren emplear su tiempo también en el hogar», aseguran desde la Fundación. Así, aunque «falta mucho por hacer, hay que ser positivos y constructivos». Tampoco puede olvidarse el impacto que tiene la falta de corresponsabilidad en la natalidad. En el caso de España, la tasa de fecundación es de 1,36 hijos por mujer, una de las más bajas de Europa. Así lo corroboraba un estudio internacional elaborado por el Departamento de Economía de la Universidad de Oxford, realizado en 12 países, y en el que España se situaba en el octavo puesto en lo que se refería a corresponsabilidad. Una clasificación que, como suele ser tradicional, lideraban los países nórdicos: Suecia y Noruega. Como recordaban los autores del estudio, el bajo índice de natalidad acarrea una serie de consecuencias económicas: un mayor envejecimiento de la población, lo que conlleva a su vez un aumento del gasto médico y, por tanto, más dificultades a la hora de afrontar el sistema de pensiones. De hecho, nuestro país está muy lejos de alcanzar la tasa de 2,1 hijos por mujer, que suele considerarse la idónea para lograr un equilibrado reemplazo generacional. Empresas familiarmente responsables Desde hace un tiempo, la Fundación Másfamilia otorga los certificados de Empresa Familiarmente Responsable (EFR) a aquellas compañías que promuevan la conciliación tanto en hombres como en mujeres. Una de estas empresas es Bankinter, donde «se están adaptando nuevas medidas, porque estamos convencidos de que apostar por la conciliación es apostar por la productividad», aseguran desde la entidad bancaria. Así, la compañía se centra en trabajar «por una cultura y ambiente de trabajo en las cuales la vida personal y familiar va a ser respetada, apoyada y comprendida». En la actualidad, hay 359 empresas que cumplen con los estándares EFR. Un certificado, por supuesto, que no es irreversible: aquellas empresas que no cumplan sus propuestas lo perderán