Los recortes amenazan a los pensionistas, pilares básicos de muchas familias en la crisis

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(ABC). Hay casas donde no se celebra la Navidad. En el sótano de 50 metros de Asunción comen y duermen tres generaciones. Andrea, su nieta de 28 años; Miguel, su bisnieto de siete y ella de 90. Los tres viven con 350 euros al mes de la pensión de Asunción. "Mi hijo ya no sabe lo que son los Reyes", cuenta Andrea, a pesar de que si que está esperando un regalo que le llegó por sorpresa. En los próximos días dará a luz a otro varón.

Son uno de los muchos núcleos familiares donde se llega a fin de mes únicamente con el dinero de una pensión. Según cifras recopiladas por la Federación de Pensionistas y Jubilados de CC.OO., hasta el 28% de los hogares españoles viven solo con la pensión del abuelo.

Sin quererlo, los pensionistas se están convirtiendo en el sustento principal de muchas familias. La destrucción de empleo y la bajada de los salarios que acompañó a la crisis ha convertido a la pensión del abuelo en algo seguro a lo que pueden agarrarse hijos y nietos cuando las cosas se tuercen, un colchón sobre el que caer.

El de Andrea es un caso tipo: ella, cajera, y él, trabajador de la construcción, fueron empujados al desempleo con la primera embestida de la crisis. El dinero fue agotándose poco a poco, se terminó el paro, llegó el desahucio y tocó volver a casa. "Llegamos a ser seis personas en casa de mi abuela: mi hermano, mi hermana, mi hijo, mi marido, mi abuela y yo", relata. Mohamed, su marido, regresó a Marruecos a buscar trabajo después de ser rechazado en cientos de entrevistas de trabajo. "Si para los españoles no hay empleo, ¿a mí qué me queda?", le dijo antes de marcharse. En una de sus visitas mensuales, ella quedó embarazada del segundo. "No estoy a favor del aborto", explica Andrea. La pensión de Asunción tendrá que estirarse todavía un poco más.

Más del 54% de las pensiones tienen una cuantía inferior al Salario Mínimo Interprofesional (SMI), es el caso de algunas pensiones de viudedad, o las no contributivas. "Millones de pensionistas principalmente viudas, unas 2.335.000, cuentan con una pensión media de 617 euros. Esas mujeres no llegan a final de mes y no puedan encender la calefacción en estos meses de invierno y eso es muy duro y muy injusto", considera Julián Gutiérrez, secretario general de pensionistas de CC.OO. "Es habitual que Desde Cáritas, Concha García, responsable del Equipo Técnico Diocesano de Cáritas Madrid está habituada a encontrarse casos de este tipo.

Los pensionistas, ¿los mejor avenidos?

La paradoja es que los hogares formados por pensionistas son precisamente los que tienen mayor nivel de renta en nuestro país. La última Encuesta de Condiciones de Vida elaborada por el INE muestra cómo la renta media de los mayores de 65 años fue en 2012 de 12.730 euros. Es más, desde que comenzó la crisis, el porcentaje de personas mayores que viven por debajo del umbral de la pobreza "ha ido decreciendo a un ritmo acelerado", explica Julián Gutiérrez, secretario general de jubilados de CC.OO. Todo junto, sitúa a este colectivo en "una situación más favorable que la del resto de la población". Una estabilidad que "mantiene a flote" al colectivo de las personas mayores y los ha convertido en una isla de estabilidad económica en plena crisis.

Muchos pasaron el hambre, algunos la posguerra, vivieron el fin del franquismo, levantaron el país con sus manos y ahora cuidan de sus nietos. Según datos de Funcas, España es el país de Europa que registra el porcentaje más alto de población de 65 o más años que ayuda a personas cercanas a ellos, más del 70%.

El 31,2% de estos "todoterrenos" de 70 años cuida habitualmente de sus nietos, según cifras de CC.OO, una tarea a la que dedican cinco horas diarias o más. La situación "no hará más que crecer" en opinión de Julián Gutiérrez, tanto en intensidad como en volumen "al hacerse inasequibles las guarderías o las actividades extraescolares" para los padres.

En una hipotética España sin pensionistas

"No soy capaz de imaginar que haríamos si nos quitaran los 350 euros de la pensión de mi abuela" explica Andrea. Es difícil saber que ocurriría exactamente en una España sin pensionistas, no solo por lo que sus pensiones representan para la sociedad, sino por la función social que cumplen para muchos hogares.

Desde Caritas, advierten de que el número de necesitados ha ido subiendo exponencialmente con la crisis, pero afortunadamente "la situación está siendo amortiguada por las pensiones de los abuelos". El problema, explica Concha García, responsable del Equipo Técnico Diocesano de Cáritas Madrid, es que "aunque los padres, o los abuelos fueron los primeros que dieron un paso al frente, "ese colchón o esos ahorrillos extra ahora se están terminando y las pensiones se están estirando al máximo para cubrir necesidades muy básicas."

Una reforma en camino

La crisis económica se junta con la necesidad inminente de afrontar la falta de sostenibilidad de nuestro actual sistema de pensiones. En solo 15 días se hará efectiva la desvinculación de las pensiones al IPC, que permite una pérdida del poder adquisitivo de los pensionistas en el corto plazo, siempre y cuando sea inferior a la inflación. El índice de revalorización será ahora el espejo en el que se miren estos subsidios.

La segunda parte de la reforma entrará en escena en 2019. El famoso factor de sostenibilidad ajustará el importe inicial de la pensión, según la esperanza de vida y el estado de las arcas de la seguridad social. La aplicación de ambas medidas creará un ahorro para las arcas públicas de 32.939,95 millones entre 2014 y 2022 sobre lo que hubieran percibido los pensionistas de haberse mantenido el anterior sistema.

En las arcas públicas ahora mismo sólo hay cuatro personas en edad de trabajar por cada pensionista. Y dentro de dos décadas, cuando los 14 millones de niños del "baby boom" entren en edad de retiro se calcula que el número de cotizantes estará casi a la par con el de jubilados.

Desde su situación, familias como la de Asunción y Andrea, para las que el dinero de la pensión lo es todo, temen que todos esos cambios les impidan seguir adelante. "Yo lo único que quiero es que las pensiones no las toquen", pide Andrea.

-Este reportaje se ha realizado con nombres falsos para proteger la intimidad y la verdadera identidad de los entrevistados-