Sólo uno de cada cinco jóvenes menores de 30 años logra emanciparse

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(ABC). Luis de Andrés ha estudiado y viajado mucho... pero ahora no puede salir de casa. Licenciado en Ciencias Económicas, con media de notable, un año de Erasmus en Suecia (cursando cuarto de carrera), nivel 'Advanced' de inglés, y con estancias de voluntariado en Freetown (Sierra Leona), es uno más de los millones de jóvenes españoles desesperados por encontrar un trabajo adecuado a su formación que le permita irse de casa de su madre. "Pese a mi currículum, mis expectativas de encontrar un puesto de trabajo adecuado a mi formación y donde pueda desarrollarme como profesional y como persona no son las mejores", resume este joven. Como él, sin emancipación posible a la vista, está el 78% de jóvenes menores de 30 años en España. Es decir, sólo uno de cada cinco no vive con sus padres. El porcentaje de los que han salido del nido no alcanza ni el 20% en Andalucía, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Ceuta, Melilla, Extremadura, País Vasco y Región de Murcia. Son datos del segundo trimestre de 2013 del 'Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España (CJE) hechos públicos esta semana.

Desempleo

Mientras busca su oportunidad, De Andrés sobrevive dando clases a chavales de la ESO y Bachillerato de economía, matemáticas, inglés... pero según el documento, el 40,7% de la población joven en España está inactiva. A pesar de que ha disminuido el desempleo en relación al primer trimestre del año, en la actualidad una de cada cuatro personas jóvenes de 16 a 29 años, es decir, el 25,7%, se encuentra desempleada y quienes encuentran un puesto de trabajo suele ser temporal. "En mi caso, tras unas prácticas realizadas en Philips Ibérica S.A.U., mi búsqueda de trabajo está resultando infrutuosa. Se opta a trabajos generalmente temporales y con una remuneración baja o nula, que a día de hoy cogería encantado por el mero hecho de tener experiencia profesional específica, que es lo que generalmente te piden aún recién terminada la carrera. Todo ello me lleva a vivir con mi familia y, aunque los quiero mucho, me encantaría poder independizarme", explica este joven.

Con este informe lo que ha hecho ahora el CJE es poner negro sobre blanco que el acceso a la vivienda por parte de los jóvenes sigue siendo muy complicado. Una persona joven debería destinar el 53,3% de su salario para poder adquirir una en propiedad, y debería tener unos ingresos mínimos mensuales de 2.022,95 euros. Esto supone una diferencia con el salario medio real de un 77,72%. Además, en caso de poder irse a vivir fuera del hogar familiar, sólo podrían aspirar a una superficie máxima de 45,5 metros cuadrados.

Salir del hogar